La obra de Soto se extiende a lo largo de toda la fachada del Centro de Acción Social por la Música, haciendo aparecer gradualmente diferentes planos escalonados.
En la parte interior, las varillas se extienden en dos niveles, dando sensación de profundidad, mientras que a la izquierda y en el centro las varillas amarillas se encuentran alineadas con el frontal del edificio.
En este mismo frente, a la derecha, el ovoide se proyecta hacia la calle generando un enlace entre el exterior y el interior.